Sensaciones

Cuando menos te lo esperas se abre ante ti una nueva realidad. Letras que te desgarran el alma, culpables de los pasos que deberás seguir a partir de ahora. Una nueva batalla que librar. Todavía cicatrizan las heridas de la anterior pero eso da igual. Cada reto es un capítulo de tu vida, de esa que has elegido y que te hace partícipe de la vida de los demás, de aquellos a los que adoras. Pequeños valientes que necesitan de ti cada día, que con tan solo una mirada pueden ponerle luz a la mañana más triste. Tripulantes heridos que surcan mares inciertos en busca de una tierra donde arribar.

Siempre ha sido difícil emprender este camino. Para mí uno de los más crudos. Lleno de injusticias y desigualdades, de ojos que se niegan a ver la realidad. Porque esta realidad no interesa.

A pocos  importa que resbale una lágrima por el rostro de un pequeño  si podemos ocultarla con palabrería. Duele verla y saber por qué está ahí. Duele sentirla desde tu propia piel. Duele tanto, que a veces matarías por encontrar un algo que la hiciera desaparecer en un abrir y cerrar de ojos. Pero ahí sigue buscando un por qué.

Intento encontrar una razón lógica a tanto abandono pero solo descubro interrogantes.  La vida es como un laberinto de dudas e incertidumbres a las que estamos expuestos.

Me encantaría tener la solución en mis manos. Trabajo en ello cada día con la ilusión de encontrarla.

Tengo fuerzas para hacerlo y me siento muy capaz. No temo al fracaso. Sé que llegará ese momento en el que se agolpen las respuestas, pinte de sonrisas sus rostros, haga desaparecer su miedo y junto al suyo, desaparezca el mío también.

Mientras tanto, sigo luchando…