domingo, 16 de septiembre de 2012

No me gusta la mentira ni la gente que, tratando de ocultarte algo, pinta las cosas de tal forma que acabas descubriéndolo todo. Me gustan las cosas a la cara, aunque duelan.
Piensas que por ver sonreír a los demás, algunas veces acabas perdiendo y luego esos que no sonreían acaban con los que provocaban el daño. Así que te pones a pensar y lo único que se te ocurre es insultarte a ti misma una y otra vez, por seguir siendo tan gilipollas. Por pensar en los demás antes que en ti. Al fin y al cabo tú no le importas a nadie y cada quien mira para sí.


Pero después pasan cosas que hacen que te replantees otras muchas. No todo son mentiras y secretos. Existe la gente de verdad. Esa que te demuestra con un simple gesto que vale la pena. Cada día me alegro más de que una persona se cruzara en mi vida. A día de hoy creo en ella con tanta intensidad y fuerza que seria muy difícil de explicar con palabras. Una persona que nunca me ha mentido, que siempre me ha mostrado su lado humano, humilde y sincero. Nunca me ha dejado de lado y siempre ha estado en lo bueno y en lo malo tendiéndome su mano. Y ahora me ha llevado en su camino a conocer a otra gente que puede llegar incluso a ser todavía más grande.
Soy feliz por todo eso y se me llena el alma al decir que Sí, existen y yo los tengo muy cerca.

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